Por el contrario, también vivimos otros momentos en los que el tiempo se dilata de forma insoportable. La angustia llega esta vez al vernos obligados a esperar. Se abre una brecha en el tiempo que nos atrapa y nos aprisiona. Percibimos un vacío que a veces es difícil de gestionar sin distracciones.
Volviendo al momento presente aprendes a tomar conciencia de ti mismo. Puedes utilizar la respiración para conectar con tu interior, y así mantener la serenidad y el equilibrio. De esta forma puedes llegar a disfrutar en toda tu dimensión de todo lo que te rodea, y a relacionarte con naturalidad con todo ello.
El Universo está en constante movimiento, como en un misterioso tiovivo. Tú decides si te das un par de vueltas mirando el reloj o soltándote el pelo.
foto: MacaRon. Valladolid.
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