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lunes, 14 de diciembre de 2015

Deporte en pareja, o deporte de riesgo


    No tengo ninguna duda en que compartir actividades de ocio, une. En que, con el paso de los años en pareja, tenemos que esforzarnos por crear buenos momentos juntos, en los que la complicidad, la diversión y la chispa tengan oportunidad de mantenerse entre los dos. Hay que tener la intención, hay que buscarlo. El ritmo cotidiano de ambos miembros de la pareja, los horarios al revés, la presión en los trabajos de cada uno, el cansancio,... pueden hacer crecer un espacio entre ambos, que se va hinchando e instalando de una forma sutil y callada. Es por eso que cualquier paso que demos de vuelta hacia él (o ella), puede enseñarnos a construir una pequeña e íntima burbuja de distensión mutua.

  Pero ahí llega el dilema: El deporte es una actividad saludable, divertida, que nos permite superar nuestros límites, que podemos practicar al aire libre,... todo luz y color. Pero, ay! si se nos ocurre ir juntos a esquiar/ correr/ nadar/ hacer kayak/ o lo que quiera que sea; si el espíritu competitivo nos posee, podemos acabar enfadados de verdad; el calor, el sudor, las mallas que te aprietan, pueden llevarte a un estado de tan mal humor capaz de arrasar campos enteros de buenas intenciones; la fatiga, las ganas de rendirte, pueden frustrarnos hasta estropear el resto de la jornada; el miedo (por caer, por hacerse daño, por ir muy deprisa, por perderse,...) lleva a la ira. La ira a la destrucción. Y la destrucción al lado oscuro. Ya lo decía Yoda.

   Personalmente aún no he encontrado la fórmula. Sé que los ingredientes básicos son la paciencia en altas dosis, la confianza mutua y la intención de divertirse. Y la pasión por lo que haces, porque ahora que lo pienso, los mejores momentos juntos a este respecto, los hemos pasado buceando... aunque también recuerdo alguna ridícula bronca marital submarina entre burbujas y peces de colores!


          foto: Maca Ron.
           Florencia, Italia.

2 comentarios:

  1. Agregaría(como prueba)la aceptación plena del otro tal cual es...simplemente estar sin querer cambiar nada, sin querer dominar...
    agradezco tus excelentes artículos que nos invitan a reflexionar.
    Claudia.

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  2. muchas gracias por tu aportación.
    un cordial saludo!

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