Cuando yo era pequeña existía básicamente un modelo de familia: la formada por los abuelos, los padres y los hermanos. primos y tíos estaban presentes, en mayor o menor medida; fui creciendo, encontrando modelos diferentes: padres divorciados, con los hijos cada semana cambiando de hogar; o los famosos singles, un solo miembro sin pareja con algún hijo. El tiempo transcurría y fui descubriendo otros modelos de familia, con personas del mismo sexo cuidando y educando a hijos propios o acogidos como propios. Y el tiempo sigue pasando, y con él, los hábitos y costumbres de la gente, que produce cambios sociales. Así, ahora encuentro cada vez con más frecuencia grandes familias formadas por una madre y distintos hijos medio hermanos, con padres distintos. A su vez, este padre tiene hijos medio hermanos con mujeres diferentes. En Francia lo llaman "familias desestructuradas" porque siguen anclados en el modelo clásico de familia. Creo que adaptarse y aceptar los irremediables cambios sociales y personales nos abre la mente a nuevas posibilidades. La familia, como el entorno, no depende de uno mismo, sino de muchas y diversas circunstancias. Adaptándonos a ellas con naturalidad y entusiasmo, seremos capaces de asumir que el cambio forma parte de la vida.
Aplicado a los deportes: los grandes desafíos físicos y mentales que se conquistan al practicar una actividad física te ayudarán a encontrar tu sitio. Olvidarás que eres esposa de..., hija de..., madre de..., hermana de..., conectando con tu parte más íntima, siendo sólo tú, aquí y ahora. Disfrutando de tu existencia en soledad y serenidad. Y entonces, desde esta conciencia de tu propio ser, podrás aceptar que el universo gira, y que tú formas parte de él.
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