esperamos mucho de ellos, sin darnos cuenta de que la mayor parte de las experiencias que viven son nuevas. de que, aunque parezca que lo saben todo, en realidad es una pose para no parecer menos, para no parecer el último.
la forma de conectar con los chic@s es ser honesto. dejar de estar a la defensiva, porque no todo lo que hacen es para provocarnos. ellos tienen su manera de expresarse, de vivir, de disfrutar, de relacionarse, y los adultos no terminamos de comprenderla; por cambiante, por intensa, por pura. y nos ponemos a la defensiva porque nos creemos en peligro. si empezamos a quitarnos protagonismo, y dejamos de vernos como la víctima de todas sus acciones, podremos dejarles espacio. y si nos relajamos e intentamos ser honestos y sinceros hasta el pudor, y nos tomamos el tiempo necesario para explicarles cómo se siente uno con la primera pérdida, con los primeros secretos, con los primero amigos, con los primeros retos importantes, con las primeras frustraciones, con los primeros dolores serios, para que normalicen las experiencias que todos vivimos, podremos llegar a entendernos.
aplicado a los deportes, es hora de hablar con ese adolescente que todos seguimos siendo y convencerle de que no lo sabe todo; de que no hay que demostrar nada a nadie más que uno mismo; de que tu cuerpo merece todo el respeto y el cuidado porque es el único que tienes para toda la vida; que los grandes logros compartidos peleando mano a mano son algo muy grande; que todos podemos hacer grandes cosas, pero que requiere paciencia y tesón; que se puede escapar de todo sólo con echar a correr; es hora de ser honestos y sinceros con nosotros mismos de una vez por todas.
foto: MacaRon. mt cook NP, new zealand
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